Por Edith Domínguez
Guanajuato, 15 mayo (PopLab).- Fue la presencia de una Caravana internacional de búsqueda la que logró, en plena crisis por la desaparición de personas en Guanajuato, abrir las puertas de los Ceresos de Irapuato y Valle de Santiago, para que por fin las madres, hermanos, primos, padres e hijos que quieren encontrarlos, y cuyos gritos no habían sido escuchados por el Secretario de Seguridad Pública estatal Álvar Cabeza de Vaca, pudieran preguntar por ellos a los internos.
En estos dos centros penitenciarios, de los cuales es responsable el titular de la SSPE, se colocaron ante unas mil 500 personas privadas de su libertad -procesadas o sentenciadas- las lonas que cargan durante su interminable recorrido por el país, con 300 fotografías de hombres, mujeres, niñas, adolescentes.
LOS ROSTROS DE QUIENES NO ESTÁN CON ESTAS FAMILIAS
El miércoles 12, en el Cereso de Irapuato surgieron las voces de internos que dieron informes o indicios sobre 11 personas desaparecidas que podrían ser localizadas con vida.
Ahora, esperan y demandan las familias, falta un equipo de reacción inmediata para que comience la búsqueda en vida de las personas y regresen con sus familias.
“¡Gobernador, le exigimos que cumpla su palabra, que se ponga poquito en nuestros zapatos los que estamos sufriendo!”, gritó a través del megáfono la madre de Edgar Eduardo Villanueva Hernández, desaparecido el 19 de abril del 2019 en el municipio de Irapuato. La mujer interrumpe su exigencia porque ya no puede hablar, pero el contingente de la Caravana Internacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas -a las que se sumaron integrantes de los 13 colectivos de Guanajuato- la respaldó: “¡No estás sola, no estás sola, no estás sola!”.
En ese tercer día de la Caravana Internacional de Personas Desaparecidas por el estado de Guanajuato, en una visita de más de cinco horas al Centro de reinserción social de Irapuato, los alrededor de 100 integrantes de los diversos colectivos guanajuatenses y de otros estados colocaron las lonas con más de 300 fotografías de estos rostros sobre los suelos de “La Grandeza de Guanajuato”. Once de estas personas habrían sido ubicadas por los reos, quienes platicaron con los familiares y dieron algunos datos que contribuirían en su posible localización.
Y mientras la Caravana internacional recorría las calles, los helicópteros de la Marina y la Secretaría de Seguridad Pública sobrevolaron los cielos de Irapuato, una escena que no suele ser cotidiana.
“Encontramos 11 posibles positivos, es decir, posiblemente encontremos a 11 personas vivas gracias a que los internos nos ayudaron. (Los presos) van checando nuestras fotografías y si reconocen a alguien inmediatamente lo entrevistamos para saber las condiciones, dónde está, dónde lo vieron por última vez. Están en diferentes lugares, algunos los tienen trabajando en bares, otras personas andan en situación de calle, otras pues nada más afirman que las vieron en algún lugar”, explicó Julio Sánchez Pasillas, padre de Thania Sánchez Aranda, una joven desaparecida el 21 de enero del 2012, y fundador de la Caravana internacional.
Tras estos resultados, ahora faltaría que las autoridades implementen acciones de búsqueda. Sánchez Pasillas recomienda la creación de un equipo de reacción inmediata, “porque si a nosotros nos dicen ‘yo vi a esta persona en tal cantina, la tienen trabajando’ pues hay que ir a buscarla. Nosotros no podemos hacerlo porque no somos ‘Rambo’, ni somos personas especializadas, pero las autoridades sí tienen personal especializado”, explicó.
La búsqueda en el Cereso obtuvo la autorización del Gobierno del estado gracias, de nuevo, a la presión de la Caravana internacional, puesto que ésta había sido una solicitud hecha por los colectivos del estado desde hace tiempo, que les fue negada.
Por ejemplo, el colectivo Mariposas Destellando ya había solicitado que le permitieran el ingreso al Cereso, con esa respuesta fue negativa.
Al salir del Cereso, la hija de Juan Antonio Ortega originario de Irapuato, quien actualmente cuenta con 47 años de edad y el pasado 7 de mayo cumplió un año ausente de su hogar, explicó que les queda “algo de esperanza, a ver si de algún modo damos con nuestros familiares en vida”.
Y agregó: “desgraciadamente mucha de la gente que está aquí detenida puede estar relacionada con algún tipo de cártel, que son los que se están llevando a nuestros familiares, y esperamos que si alguno de ellos los reconoce nos den algún tipo de información. Nosotros no buscamos culpables, no venimos a juzgar a nadie; nada más queremos información de nuestros familiares”.
Dijo haber recibido un buen trato de las autoridades del Cereso. “Esperemos sigamos trabajando con ellos todo el tiempo, no nada más ahorita”.
La mujer afirma que hasta ahora ha sido el respaldo entre las familias el que ha permitido dar con los hallazgos de las fosas de Salvatierra y ahora de Juventino Rosas, con las comisiones nacional y estatal de búsqueda de personas. “Esperamos que ya con esto Fiscalía nos dé más apoyos y también acudan más a las búsquedas y tengamos resultados genéticos y líneas de investigación”.
Otra familia rota participa en la caravana. Es la de Pedro Manuel Adame Meza -de 22 años de edad y desaparecido desde el primero de abril-. Él vivía en unión libre con su novia en la casa de su madre en Irapuato; un día salieron y ya no regresaron. Solo durante los primeros meses tuvo respuesta de las autoridades, “después no volvieron a ir a su casa. Hace 8 meses que ya no aparecen para nada”.
Su madre fue a buscarlo a la casa de la chica. “Los familiares me corrieron de su casa y me dijeron que ya no me volviera a parar ahí, que ellos no lo tenían. Nancy también está desaparecida”.
Al día siguiente de su visita al Cereso de Irapuato, la caravana pudo igualmente ingresar al Centro de reinserción social de Valle de Santiago, el Cereso Mil.
Tras más de cinco horas adentro, con los más de mil hombres y mujeres que conforman la población de internos, el coordinador de la Caravana Julio Sánchez Pasillas reveló que surgieron cuatro posibles positivos (indicios de identificación de una persona); algunos los ubicaron por redes sociales o en situación de calle.
Con este resultado, sumaron 15 posibles positivos’ de ser identificados en ambas visitas.
“Se encontraron 4 posibles positivos (en el Cereso Mil de Valle de Santiago) dos en el penal femenil y dos en el penal varonil; dos de ellos con un cien por ciento de posibilidades que sí se encuentren… pero es apenas el comienzo; de ahí tiene que surgir una investigación más a fondo para poderlos encontrar. No basta con encontrar a un posible positivo, hay que investigar dónde está actualmente” explicó.
Cuando un interno da alguna noticia o dato de una persona desaparecida, se recaban los datos de ese interno y se entrega la información al familiar, quien tendrá que seguir presionando a las autoridades para seguir esa pista. Aunque con la presencia de la Comisión Estatal y Nacional de Búsqueda en el ingreso al Cereso, Julio Sánchez dijo que a través de ellos se comenzarán las búsquedas.
Recordó que mientras a nivel nacional se estima que hay más de 85 mil personas desaparecidas, en Guanajuato rebasarían las dos mil 500, pero debido a la falta de denuncia en muchos casos, podría ser el doble, según estimó.
En su estadía en Guanajuato dijo que las quejas de los colectivos guanajuatenses son porque “las autoridades han sido muy reacias en brindar apoyo y la desmedida tramitología”.
Sandra Mercado Sánchez, madre de Ramona Ramos -joven desaparecida en Silao en 2017 a los 14 años-, representante del colectivo “De pie hasta encontrarte” y organizadora de esta visita de la Caravana internacional, dijo que autoridades en el estado les aseguraron que no necesitaban de la caravana “porque están las puertas abiertas”.
Sin embargo, ha sido la primera vez que lograron ingresar a centros de reinserción, así que buscarán que las dejen entrar a todos los Ceresos en Guanajuato. “Estamos contentas con esta búsqueda que se hizo porque se vio apertura. Se va hacer una mesa de trabajo con los 13 colectivos, (y pediremos) entrar a todas las penitenciarías”.
Mientras que Karla Martínez, del colectivo “Hasta Encontrarte” avizora que la conformación de una caravana con los familiares en Guanajuato para salir en grupo a realizar la búsqueda en vida de sus hermanos, padres, madres a otros estados.
“Vamos a recorrer no nada más Guanajuato; estamos viendo la posibilidad de formar una caravana por parte de Guanajuato que visite los otros estados; (la visita de la Caravana internacional) fue una buena idea, es un gran avance y estamos viendo la forma de organizarnos. Que ahora sea Guanajuato donde se inicie la caravana a otros estados”.
“Pareciera que justo necesitan esta presión para poder acceder a más, abrir otros espacios que debieron dejar abiertos en un inicio, incluso la manera de articularse entre la Secretaría de Seguridad Pública, la Fiscalía del Estado, también nos da una señal de que algo no está fluyendo bien” aseguró Marcela Villalobos Andrade, presidenta de Amnistía Internacional en México y presente en el recorrido de la caravana.
Villalobos Andrade sostiene que la desaparición de personas en el estado “no es normal, corresponde a un patrón, a un contexto que se tiene que revisar, analizar” y que es obligación de las autoridades estatales dar respuesta, solución de verdad, memoria y justicia a las víctimas y sus familias. Ante esta problemática ‘todo es urgente’, dijo.
Las autoridades de Guanajuato también deben cumplir los acuerdos que por meses han quedado sobre las mesas de las reuniones de colectivos, expuso Villalobos.
“Desde el año pasado con el Gobernador (Diego Sinhue Rodríguez Vallejo), con la Fiscalía, con la que ya se ha tenido varias reuniones, en las que por cierto no ha estado presente el Secretario de Seguridad Pública (Alvar Cabeza de Vaca Appendini), se han dado ciertas promesas. Faltan por cumplir estos acuerdos que se tienen que ver desde la investigación, el acceso a la información, a la transparencia y ahora con un acompañamiento mucho más puntual”.
Son urgentes la capacitación, el análisis, contar con grupos especializados de búsqueda, así como destinar mayor presupuesto para la Comisión Estatal de Búsqueda, para la Comisión de Víctimas y sobre todo “reconocer a las víctimas, reconocer la problemática es sumamente importante y entender que las acciones inmediatas son importantes y las políticas para prevenir que más personas sigan desapareciendo en Guanajuato”.
El itinerario que comenzó en Guanajuato capital el lunes 10, terminó el viernes 14 con una misa y una marcha más, ahora en San Luis de la Paz, donde la búsqueda en vida de esta caravana se encontró con la hospitalidad del colectivo “Justicia y esperanza”.
Mientras tanto, nuevos hallazgos en la tierra irapuatense
En las horas previas a la visita de la Caravana al Cereso de Irapuato -mientras integrantes de la caravana veían pasar fotografías de personas no identificadas del Servicio Forense de la Fiscalía estatal- en este mismo municipio algunas personas se topaban con parte de los pies y hombros de un hombre que sobresalían de la tierra y las hierbas secas de los huizaches, en una parcela abandonada ubicada a un costado del camino de terracería que conduce a las comunidades de San Javier y Rosario de Covarrubias.
No hay versión oficial sobre el número de cuerpos localizados o los restos óseos. “Al revisar, se confirma el hallazgo de cuerpos en descomposición” fue lo que escuetamente reportó la Fiscalía General de Guanajuato.
Sin embargo, una versión extraoficial de los mismos agentes de seguridad que estuvieron en el lugar reveló que son 10 cuerpos los que sacaron de una sola fosa, así como un costal de huesos con dos cráneos.
UNA MARCHA PARA BUSCAR
Mientras algunos integrantes de los al menos 22 colectivos de Guanajuato y otros estados se encontraban dentro del Cereso, las integrantes del Colectivo Hasta Encontrarte, como anfitrionas, se pusieron a guisar la comida. Sobre la calle Paseo de las Fresas las esperaban aguas frescas; la lluvia no las detuvo.
Hasta ahí llegaron y comenzaron a marchar más de 100 madres, esposas, hijas, hijos, padres, abuelos que tienen una persona ausente en su casa.
Tomaron la calle Guerrero. En la marcha, madres con sus hijos en brazos o carriolas caminaron desde el Monumento a la Bandera hasta llegar a la Plaza de los Fundadores. “¿Por qué los buscamos? ¡Porque los amamos!… De norte a sur, de este a oeste, seguiremos en la lucha cueste lo que cueste… ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos! Irapuato, escucha, esta es tu lucha”.
Una madre y su hija, sentadas en una banca afuera del banco en el primer cuadro de la ciudad frente a la tienda Sears miran pasar el contingente. Ven pasar en él a otra madre, Valentina, que carga en sus manos y aprieta fuerte la pancarta con la foto de su hijo Julio Domínguez Pestaña, desaparecido el 11 de agosto de 2019. Ese día “salió a la tienda y ya no regresó a su casa”. Valentina presentó la denuncia ante las autoridades, que hasta este momento no le tienen respuesta alguna.
Meses antes de la desaparición de Julio, la esposa de éste falleció por complicaciones derivadas de diabetes. Ahora los abuelos se encargan de los cuidados y la manutención de su nieto, de 9 años de edad.
“Yo me hago cargo del niño para todo; ha sido muy difícil, muy difícil”, dice Valentina. El padre de Julio trabaja para mantener a esta familia incompleta. La madre se unió a los colectivos, marcha cada que es necesario y grita desde lo más profundo de su corazón.
Su paso es fuerte y resuena sobre el agua de lluvia que moja el asfalto. “Mi hijo era todo para nosotros; tengo más hijos pero con él era con quien me comunicaba más. Ahorita la vida se me fue con él, a mí la que me hace fuerte es el niño, porque si no fuera por él, quién sabe”.
Dice Valentina que ella sólo quiere “seguir y seguir hasta encontrar a mi hijo, vivo o muerto pero encontrarlo. Ahora sí que ya como lo pueda yo encontrar, pero encontrarlo, para saber dónde lo voy a tener”.
Por eso exige a la autoridad que ayude a localizar a todas las personas desaparecidas de Guanajuato, pero que también le brinde apoyo para que su nieto, el hijo de Julio, salga adelante. “Está bien difícil la situación, ahorita yo me encargo de mi niño, pero ya es bien difícil para nosotros”.
A lo lejos se escuchan los gritos del contingente, “Irapuato, escucha, esta es tu lucha” y Valentina espera que con esta marcha el Gobierno efectivamente las escuche, pues “no ha hecho nada, mientras más (personas) siguen desapareciendo; ahora sí que ni vivo ni muerto lo hemos podido encontrar”.
Otra mujer se divide entre la pancarta que porta en una mano y la atención a los dos niños que la acompañan, los hijos a los que va cuidando y a quienes les dice que su padre está en Estados Unidos trabajando para que vivan mejor. Ellos no entienden que J. Carmen Castañeda Cardoso, su padre, desapareció el 12 de mayo del 2020. Precisamente el día de la marcha cumplió un año desaparecido.
La familia es originaria de Irapuato. Ese día 12, J. Carmen llevó a su esposa y sus hijos a la casa de su suegra y se fue a trabajar en el taller mecánico. Al llegar la hora de su salida del trabajo, su esposa le mandó un mensaje para pedirle que les llevara de cenar, pero ya no respondió, “yo ya no supe más”. La familia presentó la denuncia, pero en la Fiscalía general del estado ni las pruebas de ADN le han realizado para, entre otras cosas, poder cotejarlas con los tantos cuerpos y restos humanos localizados en todo el territorio de Guanajuato.
“Únete, únete, que tu hijo puede ser” sigue gritando el contingente. Eso parecía no importar a las personas a su alrededor; algunas caminaron sin voltear a ver, otras solo sacaban sus teléfonos celulares y grababan estos gritos, estas consignas aprendidas a fuerza de la desesperación. Después continuaban su paso.
Algunas personas más que salían de los negocios de la calle Guerrero se asombraban y después regresaban a sus labores; otras observaban por unos minutos desde las ventanas de los segundos pisos y luego volvían a lo suyo.
Los familiares de Germán Hernández González, quien desapareció el 12 de mayo del 2002 en la comunidad de Aldama de Irapuato, presentaron denuncia para que fuera buscado por la entonces Procuraduría y actual Fiscalía del estado. Pero es su padre quien sigue tras sus pasos, y quien insiste en pedir a esta y otras autoridades “que le echen más ganas y procedan a la búsqueda de todos, no nada más de uno, porque todas las familias estamos desechas, no tenemos paz”.
Alejandra Arroyo Almanza cumplió 29 años de edad el pasado primero de diciembre, aunque está desaparecida desde el 22 de agosto de ese mismo 2020. La última vez que la vieron fue cuando tomó el camión sobre la calle 5 de Febrero para dirigirse al centro. “La autoridad siempre dice que están investigando, es lo que les dicen siempre, pero al final de cuentas no nos han dado una respuesta lógica. Que se pongan las pilas y hagan algo porque esto va de mal en peor. Si estuvieran haciendo algo, no se seguirían perdiendo personas”, dicen integrantes de la familia de Alejandra.
El 9 de noviembre del 2018, Sergio Banda -de 28 años- desapareció después que elementos de la Secretaría de Marina realizaron un operativo en la colonia Purísima del Jardín en Irapuato. Él se encontraba en una fiesta con otros amigos cuando los elementos federales se lo llevaron. La denuncia está allí, perdida entre los archivos del Ministerio público, junto a tantas otras.
Raúl Tapia y otros cuatro jóvenes desaparecieron el 14 de julio de 2020, también en Irapuato, cuando se encontraban en una casa por la tienda Soriana Jacaranda. “No sabemos quién se los llevó”, dice su familia, cuyos integrantes “se rolan” en sus tiempos libres para salir a buscar a su hermano, hijo y tío.
Hombres armados se llevaron de su casa en la colonia Santa María a Miguel Nagel Barrientos Martínez, de 33 años de edad, el 14 de noviembre del 2020. Lo único que han escuchado sus familiares de parte de los agentes investigadores de la Fiscalía General de Guanajuato es: “si saben algo, vengan y díganlo”.